Las principales ventajas de los módulos de célula partida para los usuarios son un rendimiento de un 2 a un 3 % superior y una mayor eficacia total. En un módulo de célula partida, las células completas estándar se cortan en dos mitades iguales. Además, el módulo también se divide en una mitad superior y una mitad inferior, sobre las que se disponen las células partidas.

Al dividir las células, la potencia generada por célula se parte por la mitad y las pérdidas de resistencia en el nivel de célula y de módulo se reducen a un cuarto. Además, la corriente dividida a la mitad puede reducir significativamente la temperatura en las células y, gracias a ello, el riesgo de efectos de tipo hot spots o puntos calientes.

Las tres pequeñas cajas de conexiones, cada una equipada con un único diodo de derivación, transfieren también menos calor a las células situadas por debajo. Estos factores aumentan la longevidad del sistema en su conjunto y la división del módulo por la mitad también incrementa el rendimiento general. La ruta de la corriente generada se acorta al dividir el módulo, lo que reduce adicionalmente las pérdidas de resistencia. El montaje del módulo en vertical también impulsará el rendimiento en condiciones de sombra. Por ejemplo, si la parte inferior del módulo se encuentra en una zona de sombra, los usuarios pueden seguir obteniendo un 50 % de rendimiento con la mitad superior, a diferencia de la producción de un módulo de célula completa que se desconecta totalmente. Un ejemplo puede ser en caso de las sombras que se proyectan dentro filas en las instalaciones en techo con inclinación o con forma de huertos. Por consiguiente, los módulos de célula partida permiten obtener potencias superiores y mayores rendimientos por sistema.